El Tao Te King en la Empresa (frases seleccionadas)

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Durante los últimos días de diciembre de 2012 y primeros de este 2013, he estado leyendo el libro «El Tao Te King en la empresa» de James A. Autry y Stephen Mitchell (2010. Editorial EDAF. ISBN: 978-84-414-2165-3) y quiero compartir algunas frases que han cautivado mi atención:

  • Ningún sistema puede dar resultado si no cuenta con el compromiso y la confianza de las personas, no sólo de los que están en lo más alto, sino de todas las que constituyen la organización.
  • El poder de cualquier idea sólo se manifiesta a través de las personas.
  • El tiempo es importante, pero es mucho más importante que seamos nosotros mismos los que estemos equilibrados -y no nuestros horarios-.
  • No se gana nada preocupándose por lo que no se consiguió o por lo que no se tiene.
  • Abandonar las viejas definiciones del poder y conservarse flexibles, blandos y dispuestos a ceder equivale a un acto de fuerza.
  • Si usted habla en vez de escuchar, nunca sabrá cuáles son las situaciones que requieren verdaderamente su atención.
  • El equilibrio de su vida no es una cuestión de tiempos; es una cuestión de valores.
  • No tenemos modo alguno de ver las consecuencias últimas del menor de nuestros actos; por ello, todos merecen nuestra atención meticulosa.
  • No hay en su empresa ninguna persona que tenga más valía humana que ninguna otra.
  • La estructura (organizativa) debe ser, como los acordes del jazz, una base para la innovación y la improvisación.
  • La noción más importante que podemos tener acerca del trabajo es que no estamos aquí para cultivar ideas, sino que estamos aquí para cultivar el espacio que contiene las ideas.
  • La persona que se jacta de que es un líder no lo es.
  • Toda persona y todo trabajo son perfectos, pero todavía existen grandes posibilidades de mejora.
  • Si las personas a las que usted sirve de preceptor son prometedoras es porque han demostrado que saben hacer bien lo que hacen.
  • Las preguntas son más importantes que las respuestas…todas las respuestas que existen actualmente son respuestas a preguntas antiguas.
  • No podemos guiar a la gente si la gente no está dispuesta a seguirnos.
  • Las personas confiarán en usted si usted es capaz de sacar a relucir en ellas su propio sentido de la valía y de la creatividad.
  • El control es una ilusión, y la búsqueda del control provoca trastornos interminables en el centro de trabajo.
  • Esté dispuesto a cambiar de opinión mañana acerca de estrategias, planes o programas de trabajo determinados, si es necesario.
  • En la búsqueda del plan de trabajo perfecto nos volvemos obsesivos en vez de productivos.
  • La ocupación constante puede ser una forma de pereza.
  • Cuando usted vive con la mentalidad del «hacer un poco más» se está despojando a sí mismo del tiempo necesario para reflexionar sobre su trabajo y sobre su vida.
  • «Más» no es sinónimo de «mejor». Con frecuencia, «más» puede equivaler a «peor».
  • Cuantas más reglas establezca usted, menos harán las personas las cosas por sí mismas y mayores esfuerzos dedicarán a saltarse las reglas de usted.
  • Si usted se fija en las apariencias en vez de en los resultados, está produciendo un entorno en el que las personas invierten su energía en generar apariencias más que en resultados.
  • Cuanto más se esfuerza usted por decir a las personas el modo exacto en que deben trabajar, menos creatividad aportarán ellas al trabajo.
  • La conducta que eligen las personas depende de cómo las dirijan.
  • Cambiar no equivale necesariamente a mejorar.
  • Usted puede mejorar el trabajo de las personas, pero no puede mejorar a las personas mismas.
  • La confianza es como el amor. O es incondicional o no es confianza.
  • Cuanto más grande se hace una empresa, más autocomplaciente y arrogante se vuelve.
  • Los grandes líderes, en vez de castigar a la persona que cometió un error, la integran en la solución del mismo.
  • Hay mucho miedo a los fracasos y los errores en el trabajo, pues hay mucha tendencia a buscar «chivos expiatorios».
  • Los errores son normales y necesarios en la empresa.
  • La preocupación por el éxito y el fracaso supone que usted no puede vivir nunca plenamente el presente, que no puede disfrutar de las cosas como son porque su atención siempre está puesta en cómo no son las cosas o en cómo no serán o no deben ser.
  • El líder anima a las personas a apoyarse mutuamente y a velar los unos por los otros.
  • La gran ventaja de saber ceder es que, incluso en la victoria de usted, su oponente no se sentirá derrotado.
  • Ninguna persona honrada debe alegrarse de la quiebra de una empresa.
  • La ambición es una palabra que apela al ego, mientras que la determinación es un compromiso con los logros a largo plazo.
  • El líder sabio mantiene a las personas centradas en el trabajo mismo y en su propósito a largo plazo.
  • Cuando los trabajadores dicen: «este sitio me gusta», ¿qué están diciendo verdaderamente? Es muy sencillo: están diciendo que se sienten liberados para realizar su trabajo como mejor expresión posible de ellos mismos y de sus capacidades.
  • El líder sabio comprende que su verdadero trabajo consiste en hacer efectivos los puntos fuertes de las personas e irrelevantes sus puntos débiles.
  • Los centros de trabajo son comunidades humanas, y las personas de todas las organizaciones, por bien dirigidas que estén, se sienten insatisfechas de cuando en cuando.
  • La única manera de hacer que todos los trabajadores den de sí lo mejor posible, incluso los que no son muy buenos, es tratar a todos con respeto.
  • Si queremos que las personas encuentren un significado en su trabajo deben percibir la importancia de su relación personal con lo que intentamos conseguir juntos.
  • Lo que hace usted es transitorio, pero lo que es usted esencialmente como persona no se perderá nunca.
  • La organización verdadera no se ve, pues es la energía y el compromiso que se generan cuando las personas trabajan manteniendo unas relaciones mutuas cuyo resultado son unos productos y unos servicios para los clientes.
  • La empresa es una interacción maravillosa de personas -accionistas, trabajadores, clientes, distribuidores-, de sus ideas y de su trabajo.
  • El líder sabio se mantiene flexible, abierto a todas las ideas y opiniones, y mantiene el corazón abierto ante todo el mundo.
  • Es importante determinar el tiempo de maduración de cualquier cosa que se emprende, pues cuando ya esté en marcha, usted tendrá que dejar que se desarrolle a su propio ritmo.
  • El líder sabio sabe que, tarde o temprano, la empresa seguirá adelante sin él.

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